lunes, 20 de septiembre de 2010

LEER LITERATURA

Para acercar a los niños a la literatura, es fundamental saber que dicho encuentro debe ser elaborado, pensado y planificado.
Tanto el docente como el bibliotecario deben conocer la obra, tener idea clara acerca del texto y su mensaje, los recursos que ofrece, y, a la vez, considerar los conocimientos previos de los niños, para poder arribar a aprendizajes significativos.
Por sobre todas las cosas el docente y el bibliotecario deben propiciar espacios de lectura por placer; estos espacios serán dedicados a despertar la imaginación, no sólo de los niños sino también de los adultos mediadores, quienes necesitan involucrarse de forma genuina al igual que los niños, sentirse atrapados por el enigma, la intriga, el suspenso, el deseo de saber cómo se resolverán los diferentes conflictos que plantea el texto, es decir, “sentirse parte”.
Este tipo de lecturas no son planificadas para hacer otra cosa que no sea lograr un fin específico, que podría definirse en una frase: “nos reunimos a leer para disfrutar”.

Didáctica de la literatura
La literatura desarrolla y amplía el capital simbólico de los niños. En ella las categorías de correcto e incorrecto son reemplazadas por el mundo de lo creíble y lo increíble.
Su función, por lo tanto, será muy distinta a la de los textos en los que se privilegia la información.
Algunas de estas funciones son:
   Posibilitar un contacto lúdico y creativo con la lengua.
• Favorecer el desarrollo de una modalidad del pensamiento de carácter narrativo vinculada con la producción de relatos.
• Promover el sentido estético y el interés por la utilización de la palabra como herramienta creativa.
• Formar lectores, ya que el niño encuentra placer en la lectura de textos literarios, por lo que resulta una importante motivación para seguir leyendo.